AVISO: aunque se evitará lo máximo posible en evitarlos, este artículo puede contener spoilers.
Año y medio después de ser anunciado, Sonic Forces ya está en las tiendas. Nosotros ya nos hemos pasado el juego (tenéis toda nuestra partida subida a nuestro canal de Youtube) y hemos decidido dedicarle un análisis en profundidad para valorar si la última aventura de Sonic está a la altura de las expectativas que cabe guardar a un personaje de su calibre.Historia: un mundo ya conquistado
Sonic Forces nos propone una historia un poco distinta a la que estamos acostumbrados. Normalmente, el objetivo de Sonic es alcanzar a Eggman para evitar que sus planes se hagan realidad, pero esta vez el guión la da la vuelta al asunto, y nos presenta un mundo donde el doctor ya ha podido lograr prácticamente su propósito y es nuestra misión eliminar el mal ya hecho recuperando el terreno subyugado.
Otro de los cambios que notaremos en la historia es su tono un poco más maduro y oscuro debido a todo el trasfondo que aporta un entorno como es una guerra por recuperar el mundo. No obstante, Sonic calma un poco el ambiente aportando simpatía con sus continuas bromas y vaciles, aunque no de forma tan continuada como en Sonic Lost World o Sonic Colors.
Desgraciadamente, la frescura que podría aportar este cambio de aires queda menguada con una narrativa demasiado acelerada, y una gran falta de secuencias animadas sustituidas por conversaciones estáticas donde sólo se ve a los personajes hablando entre ellos.
Hablando de personajes, hay que dejar constancia de lo mal aprovechado que queda el nuevo enemigo de turno, Infinite, pues a pesar de ser casi el centro de la historia, apenas de trata nada sobre él, quedando un poquito de su trasfondo explicado en el DLC Episodio Shadow. Es más, la historia principal habría resultado mucho más rica y menos repetitiva si se hubieran incluido más detalles sobre este misterioso personaje.
Jugabilidad: los dos Sonics tienen compañía
El sistema de juego de Sonic Forces apenas dista de lo que pudimos ver en Sonic Generations, con el Sonic moderno y el Sonic clásico alternándose el protagonismo a lo largo de los distintos niveles, pero con el añadido del avatar, que es un personaje que podremos crear a nuestro gusto y luego controlarlo también.
Poco han cambiado los dos Sonics en cuanto a controles y habilidades y jugabilidad. El Sonic moderno sigue con su “fórmula boost”, pasando niveles en perspectiva 3D como en scroll lateral a toda velocidad, y como gran cambio encontramos el modo de empleo su Homing Attack, el ataque teledirigido para lanzarte sobre enemigos u otros elementos, haciendo que los jugadores afines al erizo tengan que pasar un corto período de aprendizaje hasta poder usarlo con soltura. Por otro lado, el Sonic clásico incluye el Drop Dash que vimos por primera vez en Sonic Mania.
El avatar por su parte es prácticamente igual al Sonic moderno. Sus niveles son también en perspectiva 2.5D como en 3D, y para compensar la ausencia del “boost” de Sonic, posee un gancho con el que atacar y agarrarse a ciertos puntos, y un nuevo arsenal de armas llamadas wispons que usan los poderes de los Wisps de Sonic Colors para ejecutar distintos ataques.
La guinda de este trío de posibilidades viene en ciertos niveles en los que podremos controlar al Sonic moderno y al avatar juntos, aprovechando los puntos fuertes de cada uno como el “boost” de Sonic o los wispons.
Pero no sólo a los personajes les concierne la jugabilidad del título, sino también a los niveles donde estos se tienen que mover, y sin duda es de los apartados más negros del juego. Mientras que en Sonic Mania no es difícil que termines muriendo por llegar el contador de tiempo a su límite de 10 minutos, en Forces las fases se terminan en un suspiro, rondando una media de 2 minutos y medio cada una, acortando la duración del juego una barbaridad. A esto hay que añadirles una sensación general en cuanto a diseño de poco esfuerzo, y es que se repiten a menudo ciertas situaciones, y se echan en falta caminos alternativos por los que poder cambiar de ruta.
El avatar: crea tu propio personaje, pero olvida recrear a tu fancharacter
Si hay una idea de verdad novedosa que Sonic Forces trae a la franquicia es la del avatar. Por primera vez el jugador puede crear un personaje controlable en el juego y que encima forme parte de la historia del mismo. El sistema es sencillo: hay unas pocas razas entre las que escoger (perro, erizo, pájaro…), y cada una de ellas determinará ciertas habilidades y rasgos físicos. Una vez hemos decidido, procedemos a personalizarlo con diferentes tipos de ojos, color del cuerpo, etc. Y poco a poco a medida que avanzamos en el juego desbloquearemos más y más artículos estéticos con los que modificar la apariencia de nuestro personaje.
Por una parte, el avatar permite disfrutar de una jugabilidad algo más calmada respecto al Sonic moderno, añadiendo encima ese toque distintivo que son los wispons que dan un aire “beat’em up” a ciertas áreas con múltiples enemigos.
No obstante, siendo esta una web dedicada a Sonic, hay que dedicar una especial mención a lo frustrante que es ver en un juego de Sonic, franquicia donde los fancharacters son uno de los pilares de su fandom, un sistema de personalización del físico tan sumamente limitado que apenas nadie podrá recrear a su personaje.
Gráficos: sin intención de sorprender
Sin ánimo de ser amargos o excesivamente críticos, los hechos son los hechos: Sonic Forces no destaca por un apartado gráfico brillante. Mientras que hace casi diez años el Sonic Team quiso dar un golpe en la mesa con los preciosos escenarios de Sonic Unleashed, en esta ocasión no notamos ni vemos ningún salto gráfico que ponga a Forces a la altura de los juegos más destacados de la actual “next-gen” de consolas, y aún menos de ordenador. Si bien entendemos que un juego de Sonic, donde prima la velocidad, es complejo hacerlo con gráficos muy avanzados, creemos que en la actualidad se puede hacer más.
En cuanto a resolución, todas las versiones funcionan a Full HD y 60 fps exceptuando la de Switch, que ha sido recortada a 1280x720 píxeles y 30 fps.
En este apartado hay que destacar la versión de PC, que ha sufrido varios problemas técnicos, algunos causados por la sobrecarga de CPU que genera el criticado sistema antipiratería Denuvo, y otros varios como ralentizaciones en las secuencias animadas o bloqueos del juego al superar cierto nivel. Esperemos que SEGA lance un parche lo más pronto posible para solucionarlos.
Sonido: siguiendo el buen camino
La banda sonora de Forces, como en prácticamente todos los juegos de Sonic, sigue siendo uno de los puntos más destacables. Esta vez se ha vuelto a hacer la distinción de estilos sonoros según el personaje con el que juguemos: el avatar tiene el privilegio de contar con temas vocales, el Sonic moderno tiene temas acústicos de lo más cañeros, y el Sonic clásico está acompañado de unos sencillos temas que imitan cierto estilo de los videojuegos de 8 y 16 bits. Cabe hacer mención de estos últimos temas (los del Sonic clásico) que resultan bastante extraños respecto al resto de la banda sonora, y normalmente no concuerdan con la ambientación que deberían dar al nivel de turno.
Por otra parte, otro gran punto a aplaudir de Sonic Forces es la localización completa del juego al español. Esto significa que tanto voces como textos están en la lengua de Cervantes, con el mismo repertorio de actores de doblaje que vimos en la serie Sonic Boom. Aquí deberían tomar nota otros desarrollos del sector mucho más grandes y con más presupuesto.
Rejugabilidad, duración, dificultad
En general, la dificultad de Sonic Forces no es muy alta ya que se ve que va pensado para audiencias más infantiles y casual. Tal es así que no existe el famoso “Game Over” porque no hay límite de vidas, y cuando pierdes los anillos no los pierdes todos de golpe (en caso de tener muchos). A esto hay que añadirle la facilidad de terminar las misiones a la primera con rango “S”, cosa que quita incentivos para rejugar los niveles.
Por otra parte, además de las fases que recorremos en la aventura principal, se van desbloqueando otras secretas con retos más concretos y normalmente con obstáculos especiales que añaden cierta variedad y pueden resultar verdaderamente entretenidas. Desafortunadamente estos niveles son extremadamente cortos.
En cuanto a duración, la historia principal puede ser superada sin muchos problemas en unas 4-5 horas (secuencias de vídeo y diálogos incluidas), algo que creemos algo exageradamente corto y por ello uno de los puntos más flacos y graves del juego. El DLC de Episodio Shadow, con sólo tres niveles, no ayuda apenas a extender esta marca de tiempo, quedando sólo los niveles desbloqueables que sin conocer cuántos hay en total, seguramente no aporten más de una o dos horas más al juego.
Precio y demás
En una época tan llena de lanzamientos de juegos como es el fin de año, es de agradecer que Sonic Forces haya llegado a las tiendas a un precio de unos 35-39€, distanciándose de los 60€ medios a los que nos tienen acostumbrados los grandes lanzamientos.
Otra cosa a agradecer es que el DLC de Episodio Shadow haya sido gratuito. De momento no hay más DLCs por anunciar, pero Aaron Webber ya confirmó que si se lanzaban más, también serían gratuitos. De pocos juegos podemos decir lo mismo.
Veredicto: pros y contras
A favor:
+ La inclusión de algo tan novedoso como el avatar.
+ Totalmente en castellano.
+ DLCs gratuitos.
+ Que haya salido para todas las plataformas, dejándose de exclusividades.
+ Algunos temas de la BSO son realmente geniales.
En contra:
- Las claras modestas pretensiones del título, que hacen que todo el conjunto en sí quede casi como un juego del montón.
- Los exageradamente simples y cortos que resultan los niveles.
- Historia explicada con prisas y con algún que otro agujero de guión.
- Las pocas opciones de personalización físicas para el avatar.
La opinión final
Decepción. Es la palabra más adecuada que se me ocurre para Sonic Forces. No, Sonic Forces no es un mal juego. Pero has de ver qué clase de juego pretende ser para poder opinar así. Y es que Sonic Forces demuestra en todos los aspectos que no pretende ser un triple A. No busca ser un rival de Super Mario Odissey o Final Fantasy XV en cuanto a calidad. Así que si lo ves como lo que pretende ser, un buen juego sin más, no le puedes tirar en cara que sea malo, porque en ello no falla.
Pero claro, eso es lo que me decepciona, la falta de grandes pretensiones. Y no es sólo por un ser fan de Sonic exigente y quisquilloso desde hace 25 años, sino por las altas expectativas que te generan cosas como las declaraciones del mismo Hajime Satomi cuando afirmaba que en SEGA quieren volver a tener la reputación que tenían en su día, en los buenos tiempos de la compañía. ¡Pues si en los juegos de vuestra propia mascota no dedicáis el mimo que se notaba en esos buenos tiempos no sé qué confianza quieres que tenga de tus palabras, Satomi!
Todo sea dicho: en el Sonic Team no son tontos. Saben los vistosas que son unas buenas secuencias animadas que narren la historia, saben lo mucho que los fans amarían poder hacer recreaciones fidedignas de sus fancharacters, saben que sería genial incluir los chaos, y hacer otras mil mejoras y añadidos que muchos fans piden (pedimos). Pero a pesar de saberlo, si al final hacer un producto normalito como este, enfocado más al público menos maduro y casual con precio más ajustado le sale a cuenta, pues al final es lo que harán. Van a por lo práctico, no a por la grandeza de antaño.
En conclusión, la sensación que me ha quedado es que, por los motivos que sean, el Sonic Team ha hecho con este juego lo típico de un estudiante que va a un examen con el objetivo de sacar sólo un 5 o un 6 y dejar los sobresalientes para otros, y esto como digo, decepciona.
Sólo espero que algún día la saga 3D tome el ejemplo de Sonic Mania, juego donde se ve que los desarrolladores querían de corazón elevar a Sonic al sitio que se merece.
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